La actividad de los servicios en Brasil creció en julio en línea con las expectativas, marcando una sexta expansión mensual consecutiva a pesar de la estricta política monetaria, mostraron el viernes datos de la agencia de estadísticas IBGE.
Este comportamiento destapa un mosaico de señales para la economía brasileña, donde el impulso del consumo y la demanda interna se mantiene resistente frente a un entorno de aumentos de tasas y de costos financieros que buscan enfriar la inflación.
La persistencia de crecimiento en el sector servicios sugiere que la economía de Brasil ha logrado mantener un pulso sólido fuera de la industria, tradicionalmente más sensible a los ciclos de crédito y a las fluctuaciones de la demanda.
La lectura de julio, alineada con las proyecciones del consenso, refuerza la idea de que la demanda interna continúa alimentando la expansión. Los consumidores, apoyados por un mercado laboral relativamente estable y por ciertas mejoras salariales en sectores clave, siguen asignando presupuesto a servicios, turismo y experiencias que generan dinamismo en ciudades y regiones interconectadas.
El reto reside en lograr un equilibrio: contener la inflación sin sofocar la demanda suficiente para sostener el crecimiento, una tarea que exige coordinación entre las autoridades monetarias y fiscales, así como señales de disciplina presupuestaria y reformas estructurales que mejoren la productividad del sector servicios.
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