Los bancos centrales en el mundo deberán seguir subiendo sus tasas para enfrentar la creciente y generalizada inflación, a pesar que la economía se hunde en una importante desaceleración mundial, detalló la OCDE.
El aumento en los precios y el impacto en los ingresos están perjudicando a los consumidores en todo el mundo, generando problemas que podrían empeorar si los encargados no toman las medidas correctas, señaló el organismo internacional.
La OCDE elevó sus perspectivas sobre la inflación para 2023 en comparación con las realizadas en septiembre y pronosticó que los aumentos de precios para el 2023 se mantendrán por encima de las metas de muchos órganos monetarios.
Las medidas llegarán en un momento difícil para la economía, que está desacelerándose bajo la carga de los crecientes costos de la energía por la incursión militar de Rusia en Ucrania.
Otro riesgo es el creciente costo crediticio, en especial en países de bajos ingresos. Según el organismo, dos tercios se encuentran en un alto nivel de sobreendeudamiento.
Aunque, la OCDE señaló que algunas señales de éxito en el control de precios muestran que los bancos centrales deben continuar con las medidas restrictivas. Destacándose Brasil como país donde el comienzo de las alzas de tasas se tradujo en que la inflación comenzó a ceder en los últimos meses.
Además el organismo señaló que, aunque la economía mundial sufrirá una desaceleración sobre el crecimiento, actualmente no proyecta una recesión mundial. Incluso, revisó al alza sus predicciones de crecimiento, en especial para los países de la eurozona.
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