El Banco Central Europeo recortó el costo de los préstamos, que estaban en máximos históricos, reconociendo el progreso en su batalla contra la inflación, pero proyectando que la lucha no se ganó todavía, debido que la inflación seguirá alta hasta 2025.
La inflación en la Unión Europea que comparten la caída del euro en más del 10 por ciento a finales de 2022 para situarse por encima del objetivo del 2 por ciento fijado por el organismo monetario en los últimos meses.
El avance se estanco recientemente y con un panorama incierto debido a los indicios de que la inflación puede resultar difícil de llevar al objetivo, como sucedió en Estados Unidos.
El órgano monetario elevó las previsiones de inflación para 2024 y 2025, subrayando que cualquier reducción sobre las tasas dependería de los datos, reafirmando que los costos de endeudamiento debían mantenerse altos como para mantener el control sobre los precios.
La decisión del BCE va en linea con la de los bancos centrales de Canadá, Suecia y Suiza, que revirtieron algunas subidas de tasas de interés más pronunciadas en la historia reciente.
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