Los principales responsables de la política monetaria de China están considerando permitir que el yuan pierda valor en 2025 mientras se preparan para unos aranceles comerciales más altos con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Este movimiento refleja el reconocimiento de China de que necesita un mayor estímulo para combatir los aranceles que impondrá Trump, que ha dicho que planea imponer un arancel universal del 10 por ciento sobre las importaciones y un arancel del 60 por ciento a las importaciones de China a Estados Unidos.
Dejar que el yuan pierda valor podría abaratar las exportaciones de China, amortiguando el impacto de los aranceles y creando una configuración monetaria más laxa.
Permitir que el yuan pierda valor durante 2025 se desviaría de la práctica habitual de mantener estable el tipo de cambio que mantiene las autoridades monetarias chinas.
La estricta gestión del yuan permite que este en un rango del 2 por ciento a cada lado de un punto medio diario fijado por el banco central. Los funcionarios suelen comprometerse a mantener estable el yuan, aunque es improbable que digan que dejarán de defender la moneda, permitiendo que los mercados tengan más poder a la hora de decidir el valor del yuan.
Durante 2024, la política sobre el yuan ocupo un lugar destacado en las notas de los analistas financieros. La debilidad del yuan podría ayudar a China en su intento de alcanzar el desafiante objetivo de crecimiento económico del 5 por ciento y aliviar las presiones deflacionarias impulsando por las exportaciones.
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