El banco popular de China recortó la tasa de interés, para intentar revertir la desaceleración de su economía, que es arrastrada por la incertidumbre que existe en el mercado laboral y ralentización global, que pesa sobre la demanda de productos chinos.
Los problemas financieros en el sector inmobiliario chino, con varias empresas importantes del sector al borde de la quiebra que, además luchan por completar proyectos, golpea el crecimiento del país de forma importante.
Otro indicio es que los créditos para los hogares por segundo mes alcanzaron el nivel más bajo observado desde 2009. La tasa preferencial de préstamos, que sirve como referencia para los préstamos a hogares y empresas, el cual retrocedió del 3,55 al 3,45 por ciento, según datos del ente monetario.
La medida, al contrario de la tendencia occidental, que elevó las tasas para luchar contra la inflación, pretende alentar a las empresas chinas a prestar dinero con tasas de interés más ventajosos.
Recientemente el banco central y reguladores financieros destacaron la necesidad de apoyar más a la economía y reducir riesgos y peligros ocultos. Los malos indicadores acentuaron la presión para tomar un amplio paquete de estímulo, que las autoridades chinas se niega a hacer para no elevar el endeudamiento.
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