El déficit del presupuesto en Rusia creció hasta alcanzar récord en diciembre, debido a la caída de los ingresos tras las restricciones a las exportaciones de petróleo y por el aumento del gasto que genera la incursión militar en Ucrania.
El déficit fiscal alcanzó 56.000 millones de dólares en diciembre, con ello, el déficit de todo 2022 se ubicó cerca de los 4,8 billones de dólares, revirtiendo el superávit logrado en 11 meses del año.
Los datos preliminares sugieren que el gasto aumentó en más de un tercio en comparación con las perspectivas que existían antes de la guerra. En Rusia, el gasto público es estacional, y los grandes picos se producen a finales de año, aumentando el déficit.
Los ingresos por concepto de ventas de petróleo, gas y otras materias primas exportadas ayudaron a compensar el aumento del gasto, pero la tendencia está cambiando.
Los precios del petróleo retrocedieron después que el G7 impusiera un máximo a los precios para limitar las ganancias de Rusia. El Gobierno inició la reducción o retraso de los gastos no relacionados a la guerra y evalúa elevar impuestos a algunas empresas para ayudar a cubrir el déficit.
La situación fiscal sigue siendo sólida a pesar del panorama, debido a las políticas estrictas que precedieron a la invasión. El déficit para 2023 probablemente se ubique en 2 por ciento del PIB. Pero las proyecciones se basa en un precio del petróleo en 70 dólares por barril, 20 dólares por encima de los niveles vistos en el mes de diciembre.
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