El candidato presidencial del Partido Nacional Libertario, Johannes Kaiser, protagonizó un cierre de campaña con una concurrencia que superó las expectativas. Más de 10 mil adherentes se congregaron en la Plaza de la Aviación, en la comuna de Providencia, para escuchar su mensaje de cara a la primera vuelta.
Si bien el acto estuvo cargado de simbolismo político y llamados a la «mano dura», el eje central de su discurso, dirigido a una audiencia mayoritariamente inquieta por la seguridad y la estabilidad, fue la promesa de una «economía libre» como solución a los problemas del país.
Kaiser, diputado de 49 años, enfatizó que la fórmula para «levantar a Chile de la situación en que lo han metido» es la combinación de «mano dura y economía libre, esa es la respuesta». Esta consigna busca atraer a un electorado que, aunque valora la libertad de mercado y el crecimiento económico, también demanda un Estado capaz de garantizar el orden público y proteger la propiedad privada.
La insistencia en la «mano dura» es un intento por generar confianza y previsibilidad en los mercados. En un país donde la inversión se ha estancado y la incertidumbre regulatoria y social ha sido citada por gremios empresariales como un freno, la promesa de restablecer el orden es una señal directa al capital.
El cierre fue, en esencia, un intento exitoso de movilización que buscó cohesionar a sus votantes en torno a dos pilares inseparables de su plataforma: la disciplina social como cimiento de la prosperidad económica.
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