Con los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales chilenas aún resonando, los mercados y el establishment económico se centran ahora en la inminente segunda vuelta de diciembre.
Los dos contendientes, Jeannette Jara y José Antonio Kast, han iniciado oficialmente sus campañas de cara al balotaje, con una palpable tensión sobre el futuro modelo económico del país.
Aunque Jara (del bloque de izquierda) se alzó con una exigua victoria de 2.9 puntos porcentuales en la votación del domingo, el panorama es mucho más complejo y, según los sondeos iniciales, inclina la balanza hacia su adversario.
La clave de este escenario reside en el desempeño agregado del bloque de derecha. A pesar de que compitieron con tres candidatos provenientes de fuerzas distintas, estas facciones lograron en conjunto amasar más del 50% de los votos válidamente emitidos.
La consolidación de este voto de derecha, en principio, beneficiaría directamente a José Antonio Kast, a quien los sondeos pronostican como el favorito para llevarse la victoria en la segunda vuelta.
La campaña de Jara enfrenta el desafío de movilizar a la población y convencer al centro político de que sus propuestas de profundización social y reforma tributaria son compatibles con la estabilidad macroeconómica.
La incertidumbre persiste. Si bien Kast es el favorito, la transferencia de votos no es automática. La volatilidad del mercado se mantendrá alta hasta diciembre, pues la elección definirá si Chile se inclina hacia un modelo de ajuste fiscal y liberalización o hacia una mayor intervención estatal y expansión del bienestar social.
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