Donald Trump emitirá una orden ejecutiva para exigir la identificación de los votantes estadounidenses y la eliminación de las máquinas de votación electrónica a favor de papeletas y recuentos manuales.
La identificación de votantes fortalecería la legitimidad del proceso, reduciendo riesgos de fraude. Aunque, la implementación requiere inversiones y capacitación, especialmente en estados con baja digitalización.
El paso de la votación electrónica a manual implicaría costos y logísticos adicionales. Desde la gobernanza y economía, la incertidumbre puede influir en la confianza de inversores y mercados.
La claridad normativa y la previsibilidad son activos para la eficiencia económica; cambios abruptos pueden generar costos de adaptación para proveedores, contratistas y proveedores de software electoral.
Una reforma tan significativa recorta plazos y afecta a comunidades con diferentes niveles de acceso a servicios, lo que podría requerir medidas de apoyo para evitar desventajas de participación.
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