La Reserva Federal abandonó en la reunión de política monetaria a finales de enero buscar una mayor confianza en que la inflación va en una trayectoria descendente sostenible, estándar blando que establecieron para determinar cuándo podrían comenzar a recortar las tasas de interés.
Este escenario, se vio obstaculizado por el aumento de los precios de los servicios, crecimiento del empleo al alza y costos de la vivienda que siguen subiendo de forma rápida.
El problema que enfrentará la Reserva Federal es si el progreso en materia de inflación se estanco por completo y, si la tasa debe permanecer en el rango actual por más tiempo.
Otro punto clave, es saber si la inflación seguirá teniendo la calificación de elevada, un adjetivo que la Reserva Federal usa en la fase crediticia restrictiva y que podría eliminarse para sugerir que los recortes son inminentes.
Goldman Sachs pasó de un punto porcentual de recortes a tres cuartos de punto. La Reserva Federal lucha además, con temas que podrían resultar evidentes tras la reunión de marzo, incluido el salto en la productividad o cambios en la oferta laboral, si las tasas de interés subyacentes aumentaron y si es el momento de para frenar la caída de las tenencias de bonos del Tesoro.
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