En un movimiento que ha sorprendido a los mercados y generado un alivio a la economía global, Estados Unidos y China anunciaron una suspensión por 90 días en la mayoría de los aranceles que se habían impuesto mutuamente.
Este giro inesperado marca una desescalada en la prolongada guerra comercial que mantiene en vilo a las dos mayores potencias económicas del mundo. La tregua, que entrará en vigor el próximo 14 de mayo, fue comunicada en una declaración conjunta emitida por ambos.
Los detalles de la suspensión, revelan una reducción de 115 puntos porcentuales en los «aranceles recíprocos». Bajo este acuerdo, los productos chinos importados a Estados Unidos enfrentarán un arancel del 30%, mientras que los bienes estadounidenses que ingresen a China estarán sujetos a un gravamen del 10%.
Este acuerdo representa un retroceso respecto a las medidas arancelarias implementadas desde que Donald Trump asumió esta postura a principios de abril. La andanada de aranceles estadounidenses contra productos chinos provocó una respuesta por parte del gigante asiático, llevando a un ciclo de represalias que paralizó el comercio bilateral.
Las recientes conversaciones en Ginebra parecen abrir un nuevo capítulo en el que se destaca un ambiente de respeto que se muestra en los resultados de las negociaciones. Más allá de la suspensión arancelaria, el comunicado conjunto revela un compromiso para el futuro.
Aunque la tregua de 90 días ofrece un respiro, los desafíos subyacentes en la relación comercial entre Estados Unidos y China persisten. Queda por verse si este período de suspensión se traducirá en negociaciones fructíferas.
Los mercados probablemente reaccionarán positivamente, anticipando un menor impacto en las cadenas de suministro y una reducción de la incertidumbre. Los inversores seguirán de cerca el desarrollo de estas conversaciones, conscientes de que el camino hacia una resolución aún es largo.
+ No hay comentarios
Agregar comentario