Fumio Kishida, primer ministro de Japón, anunció un paquete de estímulo económico de 113.000 millones de dólares para contrarrestar los efectos que genera la inflación. Los japoneses se ven afectados por el incremento en los precios desde la incursión rusa en Ucrania, haciendo retroceder la valoración del gobierno hasta el nivel más bajo desde 2021.
El gobierno debe dar detalles sobre el uso de los recursos, pero algunos expertos señalan que el programa llegará 249.000 millones de dólares, que incluyen el gasto del sector privado.
El plan tiene previsto la reducción al impuesto sobre la renta, además del impuesto sobre la vivienda y ayudas por 465 dólares a los hogares con bajos ingresos. Igualmente probablemente se extenderán los subsidios a los combustibles y se destinarán fondos para promover inversiones en tecnología.
Probablemente el plan este diseñado, según algunos expertos en incrementar la deuda, que se encuentra en el 261 por ciento del PIB durante 2022, uno de los ratios más elevadas en el mundo.
A diferencia de la mayoría de países, el Banco Central de Japón mantiene una política monetaria ultraflexible para que la inflación ceda, lo que hizo devaluar aún más la moneda japonesa.
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