La ONU solicitó a los líderes internacionales imponer impuestos a los beneficios extraordinarios de las empresas de energías fósiles y que estos recursos sean destinados a ayudar a los países más afectados por el cambio climático y que sufren por los altos precios de los alimentos y energía.
António Guterres secretario general de la organización de naciones unidas, había planteado anteriormente esta idea, pero este martes la defendió ante los jefes de Estado de todo el mundo en su discurso de apertura de la Asamblea General.
El diplomático portugués manifestó que no es posible acabar con estas fuentes de energía, pero solicitó una transición en la que los grandes contaminantes deban pagar. Para Guterres, el cambio climático definirá esta era y debe ser una prioridad para todos los Gobiernos y organizaciones multilaterales.
Aprovechó para denunciar que las emisiones de gases siguen creciendo y advirtió que el mundo va rumbo hacia un desastre climático, con efectos que se están observando, como la fuertes sequías o las devastadoras inundaciones en Pakistán.
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