La participación de Luiz Inácio Lula da Silva en la cumbre de líderes latinoamericanos, menos de un mes después de asumir su cargo como presidente de Brasil, marca el esfuerzo por retomar el papel de liderazgo en la región.
Lula da Silva expresó que con alegría y satisfacción, Brasil esta de regreso a la región y listo para trabajar con todos los países, con sentido solidario y cercanía. La Celac fue fundada en 2010 para reemplazar a la OEA y contrarrestar la influencia de Estados Unidos en la región.
Brasil dejó este grupo en 2020 bajo la presidencia de Jair Bolsonaro, quien tenía diferencias con Cuba y Venezuela. El retorno de Brasil bajo el mandato de Lula fue celebrado en la última reunión.
La Celac reafirmó su compromiso con la democracia y exigió a los bancos, como a los organismos multilaterales, mejorar el acceso al crédito a los países con mayores niveles de deuda pública.
La cumbre también sirvió como foro para que las naciones fortalecieran sus lazos diplomáticos y comerciales.
Sin embargo, las diferencias ideológicas muestran una fuerte tensión en la región. Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay, criticó el poco respeto a la democracia y los derechos humanos e hizo advertencias de que la organización corre riesgo de convertirse en un club de amigos.
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