BofA no ve flexibilización del BCE

La pausa en la política monetaria del Banco Central Europeo se extiende más de lo inicialmente previsto por algunos de los principales bancos de inversión. Tras la decisión del BCE de mantener inalteradas las tasas de interés en su reunión de octubre de 2025, Bank of America ha revisado su pronóstico, alejando la expectativa de un movimiento inminente.

BofA ya no espera que el BCE ejecute el primer recorte de tasas en la próxima reunión de diciembre, un movimiento que los mercados financieros habían barajado con cautela. En cambio, el nuevo escenario de la entidad estadounidense proyecta un recorte de un cuarto de punto en marzo de 2026. Esta postergación refleja una lectura cautelosa de la dinámica económica de la Eurozona.

El factor principal detrás de esta revisión es la persistente, aunque moderada, inflación de los servicios, que actúa como un contrapeso a la desaceleración de la inflación general. Aunque la inflación del área del euro se ha moderado considerablemente, acercándose al objetivo del 2% del BCE, la inflación subyacente (que excluye energía y alimentos) ha mostrado mayor rigidez. 

La decisión de BofA se alinea con la creciente tendencia entre los analistas que apuestan por una postura ‘wait-and-see’ más prolongada por parte del BCE. Una postura de «mantener las tasas más altas por más tiempo» busca asegurar que la política monetaria restrictiva actual se filtre completamente a la economía, anclando las expectativas de inflación a largo plazo.

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