El Banco Central Europeo ha puesto fechas concretas sobre la mesa para la introducción de su proyecto más ambicioso de modernización financiera: el euro digital. En un comunicado que marca la transición a una fase de desarrollo técnico más intensa, el BCE ha delineado un cronograma que proyecta el inicio de una fase piloto a mediados de 2027, con la mirada puesta en un despliegue a gran escala de la moneda digital para el año 2029.
Este calendario, si bien es una señal de la determinación del organismo monetario, viene con una advertencia crucial en letra pequeña: todo el proceso está a la espera de la aprobación oportuna de los legisladores de la Unión Europea.
La etapa de pruebas piloto, prevista para 2027, será un momento crítico. En este periodo se pondrá a prueba la infraestructura técnica, la usabilidad de las aplicaciones de pago y los sistemas de liquidación con bancos y proveedores de servicios. El objetivo es asegurar que, cuando el euro digital llegue a los 20 países de la zona euro, sea una herramienta de pago fluida, estable y tan confiable como el efectivo.
La fecha de 2029 para el despliegue a gran escala sugiere que el BCE se está tomando el tiempo necesario para abordar las preocupaciones que han surgido en el debate público, desde el riesgo de desintermediación bancaria hasta la posibilidad de un exceso de vigilancia estatal sobre las transacciones.
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