BP espera que la demanda mundial de petróleo crezca hasta 2030, apuntando a una desaceleración de los esfuerzos para aumentar la eficiencia energética y reducir las emisiones globales de carbono. Se espera que la demanda mundial de petróleo alcance los 103,4 millones de barriles por día en 2030 en la trayectoria actual de BP, antes de caer a 83 millones de barriles por día en 2050.
La demanda de petróleo podría mantenerse en niveles elevados durante la próxima década, incluso ante instrumentos de descarbonización y presión por transiciones energéticas. Para la industria, esto implica una ventana de rentabilidad sostenida en proyectos de extracción, refino y logística, mientras las señales de transición energética se interpretan en paralelo como un marco regulatorio y de seguridad energética.
El crecimiento económico global. Si la economía global continúa expandiéndose a ritmos moderados, el petróleo podría conservar un papel central en la matriz energética, especialmente en sectores de transporte pesado, aviación y actividades industriales intensivas en carbono.
La promesa de una caída estructural hacia 2050 mantiene a las compañías en un constante proceso de ajuste de cartera, alianzas con tecnologías bajas en carbono y diversificación hacia gas natural y renovables. Este equilibrio podría traducirse en volatilidad moderada de precios y ante shocks de oferta o cambios regulatorios.
La planificación debe prever inversiones en infraestructura, capacitación y innovación tecnológica para evitar cuellos de botella y garantizar una transición ordenada que proteja crecimiento y empleo.
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