Empresarios y políticos en Brasil están presionando para favorecer la inversión petrolera, mientras intentan poner calma sobre los temores por una costosa lista de gastos impulsada por el presidente Lula da Silva.
El incremento en los precios de las materias primas, sumada a la independencia del banco central convirtieron a Brasil en un mercado emergentes principal para los inversores extranjeros en 2022. Aunque, la economía golpeada por la pandemia, salió debilitada de la recesión. El FMI cree que el país tendrá un tibio crecimiento en 2023, alcanzando un 0,9 por ciento de mejora.
En una reciente conferencia celebrada en Londres, inversores y políticos afirmaron que el marco fiscal impulsado por Lula da Silva disipó los temores de que los objetivos de gasto social disparen el déficit en Brasil, creciendo el atractivo para los inversores extranjeros.
El nuevo plan fiscal permitiría que los gastos crezcan máximo 70 por ciento del aumento observado en los ingresos recurrentes, el objetivo busca mantener sostenible la deuda pública.
Desde el regreso de Lula, los mercados en Brasil se comportaron de forma mixta, en un escenario de tasas en máximos de seis años y temor por la viabilidad de los objetivos de crecimiento de los ingresos públicos.
El real brasileño alcanzó en abril el nivel más alto en los últimos 10 meses, mientras que los bonos en divisas s ofrecieron una rentabilidad cercana al 4 por ciento durante el primer trimestre.
+ No hay comentarios
Agregar comentario