El crecimiento económico chino seguirá tomando fuerza con la aplicación de las nuevas medidas de ajuste sobre las políticas contra el COVID-19, informó el primer ministro, Li Keqiang.
Pekín mantendrá estable el tipo de cambio sobre el yuan, medida que contribuirá a salvaguardar la estabilidad en la cadena de suministro del mundo.
El funcionario de alto nivel chino, hizo las declaraciones en las reuniones que mantuvo con, David Malpass, presidente del Banco Mundial, Kristalina Georgieva, directora del FMI, y Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la OMC.
El cambio desde las duras políticas para enfrentar la pandemia, con la promesa de impulsar la recuperación económica durante 2023, probablemente deprimirá el crecimiento a medida que crecen las infecciones, generando un repunte a mediados del próximo año.
El débil crecimiento en 2022, aunque en parte se debe a la caída del sector inmobiliario y por la desaceleración económica mundial, también es por las amplias restricciones relacionadas al COVID.
Las fuertes medidas interrumpieron las cadenas de suministro y deprimieron el gasto de los consumidores, desencadenando protestas generalizadas que impulsaron las nuevas normas para enfrentar los contagios.
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