La geopolítica petrolera enciende nuevamente las alarmas a nivel mundial. El secretario de energía de Estados Unidos, Chris Wright, declaró que su país podría detener las exportaciones petroleras de Irán, reviviendo una estrategia de máxima presión impulsada por Donald Trump para forzar a Teherán a negociar su programa nuclear.
Las declaraciones se producen en un escenario de fuerte tensión, tras el regreso de Trump a la Casa Blanca. En su primer mandato, adoptó medidas drásticas contra las exportaciones petroleras de Irán. Aunque la administración de Joe Biden tuvo un enfoque más suave, los comentarios de Wright sugieren un posible endurecimiento de la política de Estados Unidos contra Irán.
La posible interrupción de las exportaciones petroleras iraní podría tener importantes repercusiones en los mercados energéticos globales. Una reducción en la oferta impulsaría los precios al alza, afectando a las economías de todo el mundo.
Los inversores estarán atentos a las señales sobre una escalada en las tensiones en el Golfo Pérsico. Esta situación podría generar volatilidad en los mercados bursátiles y de divisas, especialmente en las regiones más dependientes del petróleo y en países con relaciones comerciales significativas con Irán.
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