Las fábricas más importante de las economías asiáticas aceleraron su actividad en mayo a medida que se redujeron los problemas en la cadena de suministro, según algunos sondeos empresariales la demanda mundial fue desigual, un reto para muchos de los grandes exportadores de esta región.
Los índices de gestores de compras observados en China y Japón sugieren oscilaciones de la actividad fabril hacia el crecimiento en el mes de mayo, contrastando con las débiles cifras anunciadas en Corea del Sur, Vietnam y Taiwán, donde las cifras están retrocediendo.
La actividad fabril en la India mostró un crecimiento más importante que en octubre de 2020, sugiriendo la fortaleza de la demanda y producción en la tercera economía asiática.
El desigualdad en la recuperación tras la pandemia, especialmente en China, enturbia las perspectivas de crecimiento de esta región, aunque los datos ofrecen motivos para ser optimismo.
La economía asiática depende de la fortaleza de la recuperación de China, con gasto en servicios superior a los observados en sectores orientados hacia la exportación. El FMI espera que la economía asiática tenga un crecimiento de 4,6 por ciento durante el año 2023, luego de crecer 3,8 por ciento en 2022, contribuyendo al crecimiento mundial.
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