El panorama inflacionario de la Unión Europea sigue activo en el radar del Banco Central Europeo, pese a que el economista jefe de la institución, Philip Lane, considera improbable que la inflación vuelva a sus mínimos pre pandemia o que supere en algún momento el objetivo del 2%.
Lane describió las perspectivas inflacionarias actuales como benígnas, una lectura que refuerza la idea de que la entidad podría optar por mantener estables las tasas de interés en las próximas reuniones.
La economía europea ha mostrado señales de desaceleración y menor presión de demanda en varios países, lo que alimenta la hipótesis de que la inflación podría mantenerse bajo control sin necesidad de endurecer la política monetaria de forma inmediata.
El órgano monetario europeo ha mantenido una postura de paciencia durante gran parte de los últimos periodos de revisión, argumentando que la inflación podría permanecer por encima del 2% durante más tiempo de lo previsto.
En ese marco, las palabras de Lane podrían interpretarse como una señal de que el comité podría optar por mantener las tasas en sus niveles actuales en las próximas reuniones, a la espera de nuevos datos.
Si la inflación demuestra resiliencia a la baja y convergencia hacia el objetivo sin presiones, podría favorecer un horizonte de mantención de tasas para asegurar la estabilidad y el crecimiento económico.
Las autoridades monetarias europeas insisten en que la vigilancia debe permanecer alta: cambios imprevistos en la demanda, shocks geopolíticos o nuevas tensiones en cadenas de suministro podrían reavivar presiones.
+ No hay comentarios
Agregar comentario