El candidato presidencial en Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recientemente que su rival, el actual presidente Jair Bolsonaro, está realizando una campaña sucia contra él y su familia.
En conferencia de prensa con la prensa extranjera, el político acusó a los partidarios de Bolsonaro de difundir mentiras sobre él y su esposa, Rosângela da Silva.
Algunos partidarios de Bolsonaro utilizaron las redes sociales para mencionar que Lula cerrará iglesias evangélicas si gana las elecciones en el mes de octubre. El expresidente ha enfatizado que apoya la libertad.
El Partido Laborista al que pertenece emprendió acciones legales contra un pastor y un legislador que hicieron declaraciones en ese entorno. Cuando se le consultó sobre los reportes de prensa de que Bolsonaro estaría interesado en cuestionar la fe de su esposa en pautas publicitarias, Lula expresó que nunca llevó a ninguna esposa de un contrincante a la campaña política.
Lula de 76 años también acusó a Bolsonaro de ser el único rival que usa noticias falsas, además de insinuar que no aceptaría los resultados de las elecciones. Bolsonaro afirmó repetidamente, sin aportar pruebas, que el sistema de votación es vulnerable, mientras que funcionarios y expertos confirman su fiabilidad.
En rueda de prensa con medios extranjeros, Lula fue consultado sobre la democracia en Venezuela y expresó que defiende la rotación de poderes. Brasil mantiene relaciones amistosas con presidentes de izquierda, como en el caso de Nicolás Maduro y Daniel Ortega en Nicaragua.
Lula finalizó pidiendo que la Unión Europea trate a Venezuela con respeto y que Estados Unidos restablezca relaciones con el país vecino, elogiando los contactos entre Washington y Caracas.
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