Probablemente el Banco de Japón analizará si elevará las tasas de interés cuando se reúna entre el 30 y 31 de julio y revelará un plan para reducir las compras de bonos en los próximos dos años.
La decisión sobre las tasas dependerá si el organismo prefiere esperar que los miembros tenga claridad sobre si el consumo se recuperará y mantendrá la inflación cerca del objetivo del 2 por ciento.
Aunque la junta de nueve miembros está de acuerdo con la necesidad de elevar las tasas a corto plazo, no existe consenso sobre si debería ocurrir antes de finalizar este mes de julio o más adelante en el año.
La inflación subyacente en Japón alcanzó 2,6 por ciento en junio, tras exceder el objetivo durante más de dos años, mientras que, el salario base de los trabajadores creció en mayo al máximo en tres décadas, lo suficiente para tomar una línea dura sobre la política monetaria.
El resultado de la reunión del Banco de Japón es incierto porque el ente monetario no ve ninguna razón para apresurarse, debido que los aumentos de precios son moderados y las expectativas de inflación siguen siendo estables cerca del 2 por ciento.
La reunión también dará a conocer detalles sobre el plan de ajuste sobre cómo reducirá la compra de bonos en los próximos dos años y reducirá su balance cercano a 5 billones de dólares.
Es probable que reduzca sus compras de bonos de forma gradual a un ritmo acorde con las opiniones del mercado, para evitar causar aumentos no deseados en los rendimientos.
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