La economía de China perdió fuerza durante el segundo trimestre, según datos oficiales, debido a la prolongada caída del sector inmobiliario e inseguridad laboral, que pesaron sobre la demanda interna.
China creció 4,7 por ciento entre abril y junio, según datos oficiales, la tasa más baja desde el primer trimestre del año 2023 y quedó por debajo del 5,1 por ciento previsto por el mercado. Mientras que, la expansión fue inferior al ubicarse en 5,3 por ciento en el trimestre anterior.
Las cifras se conocen en un momento en que China intenta apuntalar la confianza, por medio de una reunión clave, aunque los requisitos, como impulsar el crecimiento y recortar la deuda, complican la reunión del partido comunista chino.
El Gobierno de Xi Jinping aspira a un crecimiento cercano al 5,0 por ciento durante 2024, un objetivo que algunis consideran ambicioso y que puede requerir un mayor estímulo por parte de las autoridades monetarias.
El crecimiento económico de China es desigual, con una producción industrial superior al consumo interno, generando riesgos deflacionarias en medio de una recesión inmobiliaria y creciente deuda por parte de los gobiernos locales.
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