Los mercados internacionales de materias primas vieron un desplome significativo en los precios de los futuros del café. La caída en la cotización no responde a factores climáticos, sino a una decisión de política comercial impulsada desde la Casa Blanca; el presidente Donald Trump anunció la eliminación inmediata de los aranceles del 40% que gravaban las importaciones de productos agrícolas brasileños.
La administración Trump ha tenido que ceder ante la realidad de una inflación alimentaria persistente que erosiona el poder adquisitivo de los hogares estadounidenses. La creciente inquietud de los consumidores, se tradujo en una presión insostenible para mantener barreras artificiales que encarecían productos básicos.
La eliminación del arancel del 40% actúa como una válvula de escape. Los traders ajustaron rápidamente sus posiciones, anticipando una entrada masiva de grano brasileño más competitivo a la cadena de suministro norteamericana, el mayor mercado de consumo global.
Si bien esta noticia supone un alivio a corto plazo para los tostadores y consumidores en Estados Unidos, plantea un escenario complejo para otros países productores que se habían beneficiado de la desventaja artificial de Brasil.
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