La inflación en Brasil probablemente se mantenga alta en marzo impulsada por el aumento del costo de la gasolina, incrementándose el costo de vida, un escenario que eleva los desacuerdos políticos.
Los precios al consumidor se enfrió en el segundo semestre de 2022 impulsado por la campaña de ajuste realizado por el banco central. Pero la presión que ejerce la inflación resurgió luego que Lula da Silva asumiera el cargo como presidente.
El reporte sobre los precios al consumidor tiene previsto conocerse el martes 11 de abril y podría hacer retroceder las expectativas de relajación sobre la política monetaria para finales de 2023 y reforzaría las palabras de Lula sobre el enfoque agresivo del Banco y su ineficacia.
El índice de precios al consumidor creció 0,77 por ciento en marzo. La inflación sobre los alimentos debería permanecer en niveles bajos, aunque la reanudación de los impuestos sobre la gasolina y etanol podrían pasar factura.
La reinstauración de los impuestos fue un obstáculo para las cifras de inflación del mes de marzo, al ser superiores a las cifras previstas, reduciendo las expectativas de que el Banco Central recortará su tasa en el corto plazo.
Lula insinuó recientemente que el gobierno buscará cambios en la meta para permitir recortes antes de lo previsto, una idea rechazada Roberto Campos Neto, miembro del comité que rige esta meta en la economía brasileña.
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