El asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, celebró la decisión de la Reserva Federal de bajar las tasas de interés en un cuarto de punto porcentual como un buen primer paso. En un entorno de alta volatilidad y señales mixtas sobre la inflación.
La Reserva Federal parece apostar por una estrategia de gradualismo para evitar un frenazo abrupto de la actividad económica. La decisión, anunciada en una sesión de política monetaria que enfrentó preguntas sobre la trayectoria de los próximos movimientos, genera tanto optimismo como cautela entre analistas y responsables de política.
El recorte modesto busca estimular la inversión y el consumo sin desatar presiones inflacionarias que podrían desalinear las expectativas a medio plazo. Los mercados reaccionaron con movimientos modestos en bonos y acciones, reflejando un alivio ante la reducción de costos de endeudamiento para hogares y empresas.
La Reserva Federal sostuvo que la decisión no es un cambio de rumbo, sino una señal de flexibilidad frente a riesgos que persisten, como la debilidad de algunas cadenas productivas y las oscilaciones en los precios de la energía. En este marco, el recorte de tasas se enmarca dentro de una estrategia de tasa de interés neutral que podría requerir ajustes graduales.
Si la economía de Estados Unidos continúa desacelerándose o si la inflación cede, es posible que el ciclo de recortes se acelere. La celebración de Hassett cobra sentido dentro de un marco de prudencia estratégica.
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