La Unión Europea corre el riesgo de quedarse corta en esta década sobre los fondos públicos que necesita para alcanzar sus objetivos climáticos, según un estudio del Banco Central Europeo.
La región europea aspira a ser neutral en el ámbito climático en 2050, pero para ello necesitará grandes inversiones, impulsadas por empresas privadas y con incentivos públicos.
La inversión verde es demasiado escasa para cumplir con las metas de la Unión Europea para 2030, por lo que necesitará aún más inversión e implicará mayores costos de transición, según el BCE.
El estudio, señala que podría materializarse un déficit de fondos públicos tras la expiración del Mecanismo de Recuperación a finales de 2026, que aumentaría en 2030.
El BCE estima que las necesidades extras relacionadas al clima del sector público ascenderán a unos 83.000 millones de euros anuales hasta el año 2030.
Los gobiernos pertenecientes a la Unión Europea pueden aportar parte del dinero que falta, aunque se verán lastrados por tener que reembolsar 175.000 millones de euros de fondos entre 2028 y 2035.
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